Resulta extraño que exista una disciplina deportiva en la que no hay que respirar, pero ésa es justo la esencia de la apnea deportiva. El deportista se sumerge en el agua durante largos periodos de tiempo en los que interrumpe su respiración. En las distintas disciplinas, los apneístas compiten bien por permanecer el mayor tiempo posible bajo el agua en una posición estática, bien para cubrir la máxima distancia posible en piscina, o bien para descender la mayor cantidad de metros posible en el mar. El auge de este deporte ha provocado que en los últimos años las marcas de competición hayan evolucionado de forma extraordinaria.
“Es un deporte para todo el mundo y se puede practicar a cualquier edad siempre que se tenga una buena salud”. Responde a la pregunta el apneísta Miguel Lozano, referente nacional en esta disciplina. Lozano fue doble subcampeón del mundo en dos de las tres disciplinas de profundidad (peso constante sin aletas e inmersión libre) en 2015.
“Doce personas han pisado la Luna en toda la historia de la humanidad, sólo seis hemos descendido hasta los 120 metros”
El 30 de mayo de 2016 se sumergió hasta los 122 metros de profundidad en inmersión libre durante el campeonato Caribean Cup en Roatán (Honduras), un logro que le sitúa como la segunda persona que ha descendido a mayor profundidad del mundo en esta disciplina, a tan sólo dos metros del actual récord mundial (124 metros). También ha sido el primer español en llegar a la cota de 100 metros de profundidad en la modalidad de peso constante (aleteando) y a 76 metros sin aletas.
“Doce personas han pisado la Luna en toda la historia de la humanidad, sólo seis hemos descendido hasta los 120 metros”, es su lema, y define la magnitud de lo alcanzado.
La preparación de los deportistas que practica apnea deportiva de élite es minuciosa. “La mayoría de los apneístas llevamos una vida muy saludable. Hay que seguir una dieta alcalina, que no sea ácida”. Este tipo de dietas priorizan los alimentos alcalinos, como las hortalizas, frente a las harinas y los azúcares, por ejemplo. “Además, debemos realizar estiramientos todo el día, hacer ejercicios de yoga y respiración para la flexibilidad diafragmática…”. Es fundamental tener un cuerpo fuerte pero a la vez definido. “Hay que profundizar en la adaptación fisiológica, aguantar mucho tiempo la respiración, la presión ambiental y luego la parte física: que los músculos sean eficientes y consuman lo menos posibles, que tengan potencia pero no estén muy desarrollados para que no haya un consumo mayor. El objetivo es ganar tolerancia a la falta de oxígeno y tolerancia fisiológica al exceso de CO2 que es lo que produce el cuerpo cuando aguantamos la respiración y lo que hace que tengamos muchas ganas de respirar”.
La formación teórica es fundamental para los apneístas: “Nos ayuda a entender mejor todo lo que ocurre cuando estamos bajo el agua y a no poner en riesgo nuestra vida, cada vez con protocolos más definidos de seguridad. Con todos los componentes somos capaces de poder avanzar en seguridad y rendimiento aunque evidentemente sabemos a lo que nos enfrentamos. Siempre hay una parte innata del humano de supervivencia que activa las alarmas, pero el entrenamiento nos ayuda psicológicamente para poder avanzar y poner el cuerpo hasta cierto límite”.
Al margen de las hazañas de figuras como Miguel Lozano, la apnea deportiva puede ser practicada por deportistas amateur: “La apnea tiene una connotación negativa porque se asocia a un deporte de riesgo, a aguantar la respiración… Pero todo el mundo ha aguantado la respiración en algún momento. Es incómodo pero a la vez muy natural ya que somos mamíferos”, explica Lozano.
Para los apneístas principiantes, el entrenamiento se reduce en la parte técnica y mental: cómo moverse en el agua, descender de forma eficiente, aletear… A partir de aquí, el progreso pasa por la repetición, el autoconocimiento, y también la asimilación de la teoría específica y fisiología para crear una base psicológica que adapte al deportista de forma gradual a aguantar la respiración o a descender en profundidad.
Apnea deportiva: concentración y soledad
Miguel Lozano describe así los beneficios y sensaciones que reporta esta disciplina: “La apnea deportiva conlleva mejoras en la flexibilidad diafragmática y músculos intercostales, y eso conduce a una mayor relajación física y mental. Es un deporte con un componente alto a nivel mental. Se requiere mucha concentración pero también capacidad de evasión, disfrutando del placer de moverse en el agua. Estar abajo te reporta una gran sensación de soledad, y una concentración tan alta que hace que solo exista eso que estás haciendo. A nivel fisiológico todas las adaptaciones son positivas. Y como cualquier deporte, en la élite, la práctica extrema puede ser que tenga algunos inconvenientes”, reflexiona Lozano.
Comparte este razonamiento Francisco de Asís Fernández, doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, especializado en la fisiología de la apnea y su entrenamiento. Su trabajo Periodización del entrenamiento de la apnea fue el primero de esta tipología realizado en España. “Al practicar la apnea se mejora la capacidad de aire que entra en los pulmones y el oxígeno y CO2 que se puede difundir. Al ser un ejercicio de hipercapnia (cuando tienes demasiado dióxido de carbono -CO2- en tu torrente sanguíneo) mejora el sistema aeróbico y anaeróbico, los sistemas energéticos por los cuales producimos energía”.
Fernández detalla que otro punto de beneficio de la apnea deportiva es el control de estrés y también, “algo que no se suele recordar”, el hecho de que este deporte lleva asociada una mejora de musculatura que no estamos acostumbrados a utilizar como el diafragma o el trasverso del abdomen.
Uno de los temas controvertidos de la apnea deportiva es su peligrosidad. Miguel Lozano subraya que este deporte “tiene unos protocolos muy definidos y por eso los accidentes en el ámbito mundial prácticamente son nulos”. Francisco de Asís Fernández recalca que hay que diferenciar entre lo que es un efecto inmediato y lo que es la adaptación. “Pongamos un ejemplo: ¿El ejercicio en general es malo o bueno para la salud? Si tú tienes asma e hipertensión y te pones a hacer ejercicio, sufrirás un efecto agudo que es la subida de la tensión y el incremento del asma. Pero, sin embargo, si realizas ese ejercicio de forma frecuencia, generarás una adaptación que pasará por la mejora de la tensión arterial y la reducción de los síntomas asmáticos. Con la apnea ocurre algo parecido”.
Apnea deportiva: “Los riesgos están controlados”
“Los riesgos están controlados”, recuerda Elyonai Aparicio, presidente de la AEA (Asociación Española de Apnea). Aunque llevar el cuerpo al límite es lo que parece atemorizar a quienes escuchan hablar sobre la apnea deportiva, Lozano observa que “el límite es muy subjetivo”. “El límite se aleja de nosotros conforme entrenamos, como cualquier deporte. El propio entrenamiento nos adapta psicológicamente y nos hace enfrentarnos a retos cada vez más complejos”. Aparicio invita a abundar en la “educación en el deporte” y no “en la noticia trágica que a veces sucede, la mayoría de las ocasiones por no tener seguridad”.
Encontrar similitudes entre la apnea y otros deportes es complicado: “Al no eliminar el CO2, estamos ante un ejercicio muy intenso, como un HIIT o un ejercicio interválico. Es parecido a nivel de intensidad del crossfit y, respecto a la hipoxia, sería parecido al alpinismo. La saturación de oxígeno es menor del 50%. Esto solo se da en la apnea”.
De “intentar fomentar la apnea en España” se encarga la AEA (Asociación Española de Apnea). Su presidente, Elyoenai Aparicio, detalla que este deporte es bastante conocido en España. “Antes había mucho desconocimiento, ya que solo se relacionaba el concepto de apnea la relacionaban con la enfermedad del sueño. Ahora hay mucha gente que la práctica, hay más competiciones y más deportistas. También marketing y figuras que mueven la apnea por redes sociales y que ayudan mucho a su difusión”.
Aparicio recomienda a los deportistas que se acerquen a este deporte y asegura que”todo el mundo puede aguantar cuatro minutos o descender a 30 o 40 metros de profundidad fácilmente con cursos nivel 1 y 2″. “No es necesario un talento natural, sino dominar un par de técnicas y consejos teóricos y prácticos, y entrenar”.
En este apartado hay que detenerse: la parte psicológica en la apnea es fundamental. Fernández se refiere a “la tolerancia al esfuerzo”, similar a una prueba de esfuerzo máxima. “Cuando se baja a cien metros, hay que retornar a la superficie para respirar. Hay un punto de control psicológico, donde tienes que mantenerte relajado y concentrado en la técnica. Todo ello unido a las ganas de respirar. No obstante, hay que mantener la calma para retornar sin ningún problema”. Es en estas situaciones descritas donde se producen la mayoría de los posibles incidentes, normalmente, desmayos asociados a la falta de oxígeno. De ahí radica la importancia del control técnico y mental en todo momento.
La apnea deportiva tiene un alto índice de transferencia a otras disciplinas. Es decir, mejorando la apnea, el deportista puede avanzar en la realización de otros deportes de máxima exigencia y viceversa.
Miguel Lozano recuerda que “tenemos adaptaciones fisiológicas que nos permiten aguantar la respiración”. “Los propios niños lo hacen de manera inconsciente cuando son pequeños para divertirse bajo agua y nosotros lo que hacemos, simplemente, es tecnificar todo eso”.
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