El entrenamiento HIIT proviene de las siglas en inglés “High Intensity Interval Training”, que en español significa “Entrenamiento Interválico de Alta intensidad”. Desde hace unos años, este tipo de entrenamiento se ha convertido en tendencia. A medida que su popularidad ha ido incrementando, son muchas las personas con diabetes que se han preguntado si ellos también podrían practicar el HIIT. En este artículo, abordaremos la relación entre HIIT y diabetes sobre la base de la evidencia científica existente.

HIIT y diabetes: Qué es el HIIT

El modelo de entrenamiento HIIT consiste en la realización de periodos de actividad muy intensos y cortos, seguidos de periodos de recuperación activa de una duración similar. Un HIIT suele completarse en unos 10-15 minutos aproximadamente.

Este tipo de modelo ha demostrado tener beneficios en la mejora del rendimiento cardiovascular y respiratorio; sin embargo, los beneficios del HIIT sobre la diabetes están siendo aún objeto de investigación, existiendo mayor número de estudios en diabetes tipo 2 y prediabetes que en diabetes tipo 1.

¿Cómo afecta el HIIT a la diabetes?

El HIIT produce efectos en el organismo durante su realización y tras su finalización. Siguiendo lo expuesto en los estudios científicos, de manera global se podría decir que el HIIT mejora la sensibilidad a la insulina y además potencia la capacidad cardíaca y respiratoria.

Si eres diabético, no intentes confeccionar un HIIT por tu cuenta, realizar un programa estandarizado de gimnasio o confiar en un modelo de entrenamiento que encuentres en internet, ya que podrá tener efectos negativos sobre tu salud.

Cabe destacar que este modelo de entrenamiento también produce efectos sobre las glucemias, especialmente en aquellas personas bajo tratamiento con insulina o con hipoglucemiante oral. A continuación, se detallan de forma específica algunos aspectos relevantes sobre cómo afecta el HIIT tanto a la diabetes tipo 1 como a la diabetes tipo 2.

Diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 insulinodependiente o con tratamiento hipoglucemiante

Al hablar de HIIT y diabetes, hay que tener en cuenta que tras realizar este tipo de ejercicio se producen ciertos procesos en el organismo que entorpecen la capacidad de reconocer la hipoglucemia. Así pues, puede que tras terminar un HIIT los niveles de azúcar disminuyan notablemente y el organismo no envíe ninguna señal como: malestar, sensación de frío, sudor, temblor de manos, o confusión. Por tanto, si se decide entrenar HIIT se debe tener este aspecto presente y por tanto medir la glucemia en los momentos que se detallan a continuación.

1. Justo al finalizar. Quizás en ese momento la glucemia sea normal o incluso un poco alta, pero no se recomienda confiar en ese dato, ya que se puede producir una bajada durante la hora siguiente a la finalización del HIIT.

2. A los 30 minutos. Es muy probable que, aunque no exista sintomatología, el nivel de glucemia sea bajo.

3. A los 60 minutos. A partir de este momento, la interferencia del HIIT en la detección de hipoglucemias suele desaparecer, por lo que se sentirán los síntomas propios de la misma si aún persiste.

La diabetes no es un impedimento para disfrutar de los efectos beneficiosos del HIIT sobre la condición física, pero debe tenerse en cuenta todo lo antes mencionado para evitar episodios de hipoglucemias asintomáticas.

HIIT y diabetes tipo 2

El entrenamiento HIIT aporta efectos positivos específicos en el perfil del paciente con diabetes tipo 2 disminuyendo factores de riesgo cardiovascular. Según algunos estudios, 6 semanas de HIIT con una periodización de 3 veces en semana sería suficiente para conseguir dichos efectos, los cuales son extrapolables también a prediabetes.

El HIIT aporta efectos beneficiosos sobre la diabetes, pero no debemos olvidar que es un trabajo basado en la capacidad cardiorrespiratoria, por lo que deberemos complementarlo con entrenamiento de fuerza.

Sobre la duda de decantarse por un HIIT o un entrenamiento continuo tradicional, no existen aún evidencias científicas que indiquen que uno es mejor que otro tanto para diabetes tipo 2 como para prediabetes, por lo que la elección de realizar HIIT quedará supeditada a las preferencias hacia el tipo de entrenamiento y al tiempo que se disponga para su realización.

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Opciones para realizar un HIIT

El HIIT se puede llevar a cabo con cualquier tipo de actividad, simplemente hay que organizarlo con la estructura correcta. Existen programas para natación, ciclismo, carrera, remo, piragua y demás actividades que puedan ser realizadas de forma interválica.

De este modo, la oferta es amplia y se puede disfrutar de este tipo de entrenamiento en función de los gustos y características de cada persona, incluyendo situaciones en las que relacionamos HIIT y diabetes. Un ejemplo de este tipo de entrenamiento sería realizar 10 series de pedaleo máximo en bicicleta durante un minuto con 30 segundos de recuperación pedaleando suavemente entre cada serie.

¿Cuáles son las actividades más recomendables para la diabetes?

Es muy importante tener presente que gran parte de las personas con diabetes tipo 2 son mayores,. Quizás para estos casos el HIIT no sea lo más apropiado, ya que habrá que tener en cuenta otros factores como el nivel de condición física, las complicaciones osteoarticulares, la agilidad de la persona y su capacidad cardiorrespiratoria.

Si se tiene interés por hacer HIIT se deberá consultar a un especialista de ejercicio físico y diabetes para que oriente y adapte el HIIT a las características de la persona.

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Esta publicación es cortesía de la Sociedad Española de Diabetes la cual tiene todos los derechos sobre la misma. https://www.revistadiabetes.org

Elena Sarabia

La Dra. Elena Sarabia Cachadiña se licenció en INEF por la Universidad Politécnica de Madrid en 2005. Realizó su especialización en fisiología cardiovascular y diabetes en el Departamento de Medicina Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Helsinki (Finlandia), donde trabajó como investigadora predoctoral (2006-2009). En 2011 realizó un Máster en Actividad Física y Salud por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) donde además defendió en 2012 su tesis doctoral titulada “Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca: aplicaciones para el diagnóstico clínico y el rendimiento deportivo”. Durante ese mismo año, Elena realizó un Postdoc en biomecánica de la marcha y su aplicación a patologías en la Universidad de Nebraska en Omaha (EEUU). En la actualidad es Coordinadora del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola CEU de Sevilla, donde también es profesora de fisiología general y fisiología del ejercicio. Aparte, Elena dirige el área de prescripción de ejercicio físico en Clínica Beiman Sevilla, donde trata pacientes diabéticos entre otros. Además, colabora con la Sociedad Española de Diabetes desde 2010 y se encuentra adscrita a dos grupos de trabajo de la misma.

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