Rafa Nadal, Pau Gasol, Cristiano Ronaldo o Ronaldinho no solo tienen en común que son grandes deportistas. También todos ellos han sufrido a lo largo de su carrera una tendinopatía rotuliana que ha mermado en algún momento su rendimiento. Este tendón, situado en la rodilla, desempeña un importante papel en funciones tan básicas como correr o saltar. Por esta razón, tenerlo dañado puede llegar a ser incapacitante para la práctica deportiva.

La tendinopatía rotuliana es una de las lesiones más frecuentes en el ámbito deportivo. Sin embargo, muy pocas veces se trata en sus etapas iniciales al pensar los deportistas que las molestias que sufren en su rodilla son ‘normales’. Este comportamiento agrava la lesión y dificulta la recuperación. La prevención, un diagnóstico preciso, un tratamiento adecuado y un trabajo multidisciplinar son las mejores formas de evitar problemas en el tendón rotuliano.

¿Qué es el tendón rotuliano?

El tendón rotuliano es uno de los tendones más potentes del cuerpo. También conocido como tendón patelar o ligamento rotuliano, se encuentra situado en la articulación de la rodilla, justo debajo de la rótula, uniendo este hueso y el tendón del cuádriceps con la tibia. Suele medir unos cinco centímetros de largo, tres de ancho y uno de grosor.

Este tendón interviene en todos los movimientos de la rodilla y cumple una parte fundamental en acciones como mantenerse de pie, correr, saltar, trotar, flexionar o subir escaleras, por ejemplo. Por tanto, se entiende que tenerlo afectado limita en mayor o menor medida la actividad deportiva.

Causas de la tendinopatía rotuliana

La tendinopatía rotuliana se produce cuando dicho tendón presenta inflamación, dolor o degeneración en sus fibras. Las causas por las que esta lesión aparece son variadas, aunque la mayoría de las ocasiones se produce por una sobrecarga en la zona. Debemos diferenciar la tendinopatía de la condromalacia rotuliana, que afecta al cartílago y de la que te hablamos a fondo en este artículo.

“Cuando hacemos cualquier tipo de ejercicio siempre hay un deterioro del tendón y una reparación posterior de ese tendón. Ambas partes tienen que estar en equilibrio. El problema está cuando nos pasamos, o bien con las cargas que puede soportar ese tendón o bien acortando los tiempos de recuperación entre un entrenamiento y el siguiente. A ese tendón no le da tiempo a realizar esos procesos de reparación naturales y empieza la tendinopatía”, explica el especialista en medicina del deporte y traumatología del deporte y director médico de Clínicas Beiman, Juan de Dios Beas.

Además del exceso de uso y/o de carga, una hipotonía de cuádriceps (disminución tono muscular), un mal apoyo o gesto deportivo, la obesidad, ciertas enfermedades (diabetes, artritis…), el consumo de antiinflamatorios o la edad también son factores que aumentan el riesgo de sufrir una tendinopatía rotuliana.

Tradicionalmente, se ha conocido esta lesión como rodilla del saltador debido a su alta incidencia lesional en deportes donde se realizan numerosos saltos como el voleibol o el baloncesto. Sin embargo, no son los únicos. Tenis, fútbol, ciclismo, atletismo o running son otros deportes en los que la tendinopatía rotuliana se manifiesta con frecuencia. Como apunta el doctor Beas, “en deportes de carrera y de golpeo el rotuliano es el tendón más castigado”.

Síntomas de la lesión

El principal síntoma de esta lesión es un dolor en la parte inferior de la rótula y que suele revelarse al hacer actividad física. Dependiendo del daño existente en el tendón, las molestias serán mayores o menores.

Así, en sus etapas iniciales, las dolencias solo se manifestarán al inicio o al final del ejercicio, sin interferir en el rendimiento. Mientras, cuando el grado de afectación es mayor, las molestias también se notarán durante la actividad hasta el punto de que haya que parar por el dolor existente. Cuando el tendón está a punto de romperse, las molestias pueden presentarse incluso en reposo o al flexionar las rodillas en acciones cotidianas como subir o bajar escaleras, por ejemplo.

Para el doctor Juan de Dios Beas, “el primer error respecto a las tendinopatías es que no se le echan cuenta. Los deportistas van aguantando el dolor y al final se van agravando y no mejora”. Lejos de lo que se pueda pensar, las molestias antes, durante o después del ejercicio físico no son normales. Si persisten en el tiempo, es una señal de que hay un problema. En el caso de la tendinopatía rotuliana, el empeoramiento de la lesión puede derivar en la rotura del tendón.

La importancia del trabajo multidisciplinar

Para la recuperación de una tendinopatía rotuliana se precisa de un enfoque multidisciplinar en el que son imprescindibles las figuras del médico, del fisioterapeuta y del readaptador deportivo. En ocasiones, serían necesarios otros profesionales como podólogos, nutricionistas o biomecánicos.

En su primera consulta, el paciente se someterá a una ecografía o a una resonancia para ver si el tendón rotuliano está dañado. De ser así, es imprescindible hacer un buen diagnóstico para ver cuáles son las mejores opciones de tratamiento así como los factores que puedan estar motivando dicha lesión (mala biomecánica, consumo de fármacos, enfermedad…).

El director médico de Clínicas Beiman lo ejemplifica del siguiente modo: “Un deportista sufre una tendinopatía por mal apoyo que está sobrecargando y provocando daño en el tendón rotuliano. Este deportista se toma un descanso, se somete a varias sesiones de fisio y desaparece el dolor. No obstante, no se corrige ese apoyo así que cuando vuelve a correr, apoya mal nuevamente y otra vez aparece el problema de la tendinopatía”.

La recuperación de una tendinopatía rotuliana

“El error más frecuente en una tendinopatía es parar al deportista. El tendón cuando se para, se calla pero no se cura”, comienza explicando Juan de Dios Beas. El doctor añade que “el ejercicio forma parte del tratamiento del tendón. Las células que van a reparar ese tendón dañado necesitan estímulos mecánicos para activarse y hacer una reparación adecuada”.

Como es lógico, hay que adecuar las cargas de entrenamiento a la situación concreta del tendón. De ahí que haya que ir de la mano de profesionales en todo este proceso de recuperación.

El licenciado en Ciencias del Deporte y colaborador de Clínicas Beiman, Lamberto Conde, puntualiza que “el trabajo isométrico (ejercicios de tensión muscular sin moverse del sitio) viene muy bien como analgesia (desaparición del dolor) del tendón y es una de las primeras fases para avanzar en su recuperación”.

De manera paralela, el fisioterapeuta también trabaja con el deportista para aliviar el dolor en sus fases más agudas y para recuperar el tendón dañado: “Si hablamos de una lesión en el tendón rotuliano, solemos utilizar la electrólisis percutánea intratisular (EPI), que crea un proceso inflamatorio en dicho tendón. Ese proceso inflamatorio, a base de cuatro o cinco sesiones, provoca que haya a largo plazo una regeneración propia del tendón”, comenta el fisioterapeuta de Clínicas Beiman Rafael Alonso.

Otra terapia que se está empezando a emplear en combinación con la fisioterapia para tratar este tipo de lesiones es el plasma enriquecido, ya que facilita y estimula la recuperación.

Muchos deportistas ansían saber el tiempo de baja cuando sufren una tendinopatía rotuliana. Sin embargo, deben ser conscientes de que el principal enemigo de la curación de una tendinopatía es, precisamente, el tiempo. Es decir, “que no se respeten los plazos adecuados para que ese tendón se repare”, subraya Juan de Dios Beas. Dicho esto, el periodo de baja variará según la magnitud de la lesión, pudiendo ir de semanas a meses.

Antes de la lesión, la prevención

Prevenir antes que curar. Una premisa que no se suele cumplir cuando se trata de las tendinopatías rotulianas: “Normalmente, la gente llega a la consulta cuando tiene el dolor. La persona que hace deporte, mientras que no le duele, no pasa nada. Cuando aparece el dolor es cuando saltan las alarmas”, detalla el fisioterapeuta Rafael Alonso.

Para evitar problemas con el tendón rotuliano, el especialista en Ciencias del Deporte Lamberto Conde aconseja “fortalecer toda la musculatura que implique la flexión y extensión de rodilla y mejorar la biomecánica”. Además, no hay que olvidar respetar los descansos entre los entrenamientos.

Aunque es una lesión muy frecuente, una tendinopatia rotuliana muy difícilmente acaba con la carrera deportiva de nadie. Eso sí, tal y como especifica el doctor Juan de Dios Beas, “siempre y cuando las cosas se hacen bien”. Por ello, conviene ponerse en mano de los expertos ante cualquier síntoma preocupante y apostar por un tratamiento multidisciplinar que haga olvidar este tipo de dolores.

Antonio Alvarez Lovillo

Deportista ocasional y periodista permanente. Apasionado de estas dos temáticas, en todas sus vertientes. Me gusta contar historias y hazañas. Y en el deporte es donde más ocurren. Buscando siempre la noticia y el proporcionar información útil, ya sea en radio, televisión, prensa o digital.

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