Alrededor de un 80% de la información que recibimos del exterior proviene de nuestra visión. Por tanto, cualquier mínimo defecto que tengamos en ella puede convertirse en un handicap para el desarrollo de las actividades físicas. El apartado visual está en un segundo plano cuando intentamos mejorar nuestros resultados deportivos. Sin embargo, está comprobado que, en determinados casos, la visión puede ser un elemento tan diferencial como la fuerza o la velocidad. En este artículo abordamos la relación entre visión y deporte: cómo puede afectar al rendimiento, los problemas más comunes y sus soluciones.
La importancia de la visión en el deporte
“La visión te da información y te genera coordinación en la práctica deportiva”, comienza explicando Miguel Ángel Sánchez, Doctor en Óptica y Optometría de la Universidad Europea de Madrid. Sánchez subraya la trascendencia de la coordinación ojo-mano u ojo-pie en el deporte. Esta habilidad visual es muy importante porque definirá la capacidad para combinar lo que ves con el movimiento de tu cuerpo e influirá en la precisión y la rapidez de las acciones. Por ello, mientras más tardamos en visualizar algo, más nos demoraremos en hacer la tarea De igual modo, una mala visión afecta indudablemente a la precisión puesto que no tendremos bien definido el punto de referencia. Los deportes de tiro son el claro ejemplo.
Catalogar a la visión como un factor diferencial para ser un buen deportista no es algo descabellado. Un estudio de la Universidad de Liverpool sobre las habilidades visuales de los futbolistas de élite concluyó que los jugadores de primer nivel tenían mejor capacidad visual (más claridad visual, más rapidez visual…) que aquellos que no practicaban ningún deporte (ver más). También en un análisis visual de Cristiano Ronaldo se observó que el portugués tenía unos movimientos oculares excepcionalmente rápidos y precisos, lo que le permitía anticiparse al movimiento de sus defensores.
En un análisis visual de Cristiano Ronaldo se observó que tenía unos movimientos oculares excepcionalmente rápidos y precisos
La Asociación Internacional de Visión Deportiva (ISVA) señala como habilidades claves en prácticamente cualquier deporte la agudeza dinámica y la estática. La primera es la capacidad de mantener la claridad visual cuando los jugadores y/o las pelotas están en movimiento; la segunda hace referencia a la capacidad de distinguir un elemento fijo. Fútbol, baloncesto, tenis, rugby, golf… son algunos de los deportes en los que estas habilidades se ponen de relevancia. La visión periférica, la capacidad de observación alrededor del punto en el que se fija la mirada, tiene a su vez mucha importancia en el deporte (boxeo, fútbol, baloncesto, hockey…).
Pero hay otras muchas otras habilidades relacionadas con la visión que intervienen en el rendimiento deportivo como la mencionada coordinación ojo-mano/pie (deportes de motor, tenis, esquí…), el enfoque (baloncesto, tenis, esquí, béisbol, golf…) o el tiempo de reacción visual (tenis de mesa, béisbol, esquí, atletismo…).
También y no menos importante, está el factor seguridad. Hay ciertos deportes, como los de motor, en los que una mala visión puede poner en riesgo la integridad física del piloto. Por último, conviene señalar que el ejercicio físico en espacios abiertos se ha demostrado como eficaz para minimizar el desarrollo de la miopía en niños, a la vez que mejora el enfoque de objetos o potencia la visión lejana.
Defectos visuales y correcciones
Normalmente, una persona ‘no nota’ ningún problema visual hasta que no se supera la dioptría (unidad de medida de los defectos refractivos del ojo), explica el profesor de la Universidad Europea de Madrid. Rudy Fernández, por ejemplo, llegó a la NBA con defectos visuales pero los médicos no le prescribieron gafas o lentillas. Pero está claro que, incluso en estos casos, el rendimiento deportivo será algo menor en comparación con un deportista con una visión plena, ya sea a modo natural o por las correcciones que se le realicen.
El ‘Estudio sobre la Visión en España’ presentado en 2017 determinó que los problemas de visión más comunes en nuestro país eran la presbicia (dificultad para ver los objetos de cerca asociado a la edad), la miopía (incapacidad de distinguir correctamente los objetos lejanos), el astigmatismo (imposibilidad de ver con claridad las cosas, indistintamente de su distancia) y la hipermetropía (incapacidad de ver bien los objetos de cerca).
El especialista en Oftalmología de las clínicas Oftalvist Ramón Ruiz aclara que “las correcciones ópticas son necesarias para la práctica de cualquier deporte con la salvedad del atletismo y con independencia del problema visual”. Misma opinión que tiene Miguel Ángel Sánchez, que determina que “cualquier corrección en el deporte es buena y conveniente”.
Antes de decantarse por una u otra opción de corrección, el deportista se debe someter a un chequeo oftalmológico, un examen exhaustivo en el que se obtiene toda la información sobre la salud visual de la persona. Esta parte es “fundamental”, en palabras de Miguel Ángel Sánchez. Una vez detectados los problemas, el profesional de turno explicará al paciente las diferentes opciones que hay para mejorar su visión y, por ende, su rendimiento deportivo. Las más comunes son gafas, lentes de contacto y cirugía refractiva.
Gafas y deporte
La elección más frecuente en la vida diaria pero la menos aconsejable para el deporte. Así lo indica Ramón Ruiz, que sugiere que las gafas deportivas pueden afectar negativamente al rendimiento porque “se recorta el campo de visión periférico, ya que no se ve bien todo aquello que está fuera de la parte frontal de las gafas”. De igual modo, producen distorsión debido a la distancia que hay entre la lente y el ojo y pueden causar reflejos que dificultan la visión.
Además, pueden ser muy incómodas, se deterioran con más facilidad y deben contar con materiales específicos para evitar, por ejemplo, que se empañen con el agua. Sus principales virtudes son su facilidad para ser utilizadas y que protegen ante posibles desprendimientos de retinas por contusiones, especialmente en personas miopes cuyas retinas son más frágiles.
Lentes de contacto y deporte
El experto de la Universidad Europea de Madrid considera que “el uso de las lentes de contacto es lo que está más estandarizado a la hora de hacer deporte”. Esta opción mejora respecto a las gafas el campo de visión y elimina la posible distorsión y los reflejos.
Sus aspectos negativos son que pueden perderse con algún golpe en la zona ocular, la posibilidad de que surjan infecciones por su uso y las molestias que se originan cuando el sudor o el cloro caen sobre ellas.
Cirugía refractiva
Otro modo de corrección visual es la cirugía refractiva, definida como el conjunto de procedimientos quirúrgicos cuyo objetivo es modificar la anatomía del ojo y eliminar la dependencia de las gafas o las lentes de contacto. A pesar de lo que se piensa, el oftalmólogo Ramón Ruiz comenta que “el uso inadecuado de lentillas es más peligroso que la cirugía refractiva”.
Ruiz explica que muchos deportistas, tanto amateurs como de élite, acuden a las clínicas buscando esta opción para “tener una independencia total” cuando practican ejercicio físico y para acabar con los problemas asociados a las lentes de contacto y las gafas. El experto aclara que estas operaciones para corregir defectos oculares son optativas: “El paso lo tiene que dar el paciente. Nosotros le ponemos en situación y, si decide operarse, le damos el visto bueno de que reúne las condiciones”.
Estas operaciones no son diferentes a cualquier cirugía común. El profesional de Oftalvist detalla que “lo normal es siempre realizarla a mayores de 21 años y cuando la graduación esté estable y sin que se haya incrementado en un año y medio”. La recuperación dependerá principalmente de la técnica abordada y del deporte practicado. Como tónica general, aquellos denominados como de contacto, es decir, con riesgos de que el atleta pueda sufrir un golpe en el ojo, no podrán realizarse en un mes. Otros que no cuentan con este peligro necesitarán solamente de un periodo de inactividad de una semana.
Los profesionales recuerdan que las complicaciones son mínimas gracias al gran avance de la tecnología, como ocurre con la cirugía Lasik. Además, en las operaciones se pueden abordar más de un defecto visual a la vez. Sin embargo, hay otras circunstancias en las que se desaconseja la operación por los riesgos que entraña, como puede ser un paciente con ojo seco o con cornea muy fina.
La experiencia de los deportistas
El informe ‘El papel de la visión en el deporte’ (ver más), realizado conjuntamente por Clínicas Baviera, la Universidad Europea de Madrid y TLC Sport, preguntó a cerca de 600 deportistas de distintos niveles cuestiones en torno a su visión, las opciones de corrección visual que utilizaban y su rendimiento deportivo. De ellos, casi el 50% consideró que el uso de lentillas o gafas en la práctica deportiva afectaba de manera negativa a sus resultados. De igual modo, un 90% de los encuestados aseguró que la cirugía refractiva mejoró su rendimiento.
Muchos atletas de élite han optado por una operación para corregir sus problemas visuales. Algunos de ellos son José Manuel Calderón, Isco, Lebron James, Tiger Woods o Chris Paul, quien incluso mejoró sus porcentajes de tiro después de pasar por quirófano. Otros, sin embargo, prefieren hacer uso de las lentillas no sin sufrir algún que otro problema asociado a ellas como es el caso de Novak Djokovic.
Como siempre, el modo de corrección óptica dependerá del paciente. Lo que está claro es que una óptima visión ayuda a mejorar el rendimiento deportivo. Por ello, no es de extrañar que en la Universidad Europea de Madrid, tal y como avanza Miguel Ángel Sánchez, se haya abierto una línea de investigación de visión deportiva donde se profundiza en el entrenamiento de la visión y de las habilidades visuales.
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