La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y una barrera protectora frente a los agentes externos. Por esta razón, su cuidado es de suma importancia. Y lo es aún más, en el verano cuando la exposición al sol es más frecuente y prolongada, coincidiendo con los meses en los que los efectos de los rayos del sol son más intensos, y cuando se trata de deportistas que entrenan o compiten al aire libre.
No protegerse adecuadamente frente a las radiaciones solares puede traer consecuencias serias a corto, medio y largo plazo. Los deportistas que realizan ejercicio físico al aire libre están aún más expuestos a estos problemas. Por ejemplo, pueden sufrir un golpe de calor, una deshidratación e incluso quemaduras en su piel que pueden derivar en peligrosos cánceres de piel. La consigna es clara: no se debe descuidar nunca la protección de la piel frente al sol. En este artículo puedes leer una serie de consejos para estar protegido.
Evita las horas centrales del día
El sentido común debe primar siempre a la hora de hacer deporte para que la actividad física no se convierta en una actividad de riesgo en verano. Así, el mejor momento para realizar actividad física son las primeras horas del día y las últimas de la tarde, momentos en los que la radiación solar es menor.
El dermatólogo de Clínicas Beiman Pepe Bernabéu señala que un buen indicador para saber si la radiación es adecuada es mirar nuestra sombra: “Que tu sombra sea más larga que tú significa que es más seguro estar frente al sol porque la radiación no incide de manera tan perpendicular”. Si tenemos que salir a otras horas del día, es buena idea intentar siempre buscar la sombra e ir equipado convenientemente.
Equípate correctamente
La equipación que se lleva cuando se practica deporte en verano es tan importante o más que la protección solar: “Todo lo que sea físico protege mejor que cualquier fotoprotector”, especifica Vicente Rocamora, presidente de la Sección Balear de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y especialista en dermatología y deporte.
Este profesional detalla que el ejercicio “sin camiseta no es recomendable porque los fotoprotectores no protegen del todo bien ya que con el calor llegan a perder eficacia”. Rocamora recomienda, además de llevar camiseta (incluso en deportes acuáticos), equiparse con gorra y gafas de sol para evitar la incidencia de las radiaciones solares.
Pepe Bernabéu aclara, de igual modo, que hay que tener cuidado con algunas de las prendas que se utilizan en el agua porque “reflejan mucha luz y te da la radiación en zonas no protegidas como en la nariz por debajo o en el mentón”, lo que puede provocar lesiones cutáneas.
Protégete con cremas solares
La crema solar se ha convertido prácticamente en el principal aliado para la protección frente al sol. No obstante, no todos los fotoprotectores son válidos. Los dermatólogos recomiendan a los deportistas utilizar aquellos cuya protección sea del 50 para arriba debido a que con el sudor pierden eficacia. Además, deben ser fáciles de extender. No hay que olvidarse de aplicarlos en ciertas zonas que normalmente descuidamos como la parte trasera de las orejas, ya que muchos carcinomas se originan en esta área.
Un reciente estudio de científicos de la Universidad de Málaga demostró que no es necesario aplicarse crema solar media hora antes de la exposición al sol como comúnmente se cree. Los fotoprotectores siguen siendo igual de válidos a partir de los cinco minutos. Eso sí, los expertos recomiendan volver a usarlos tras dos horas. También es importante recordar que algunas de estas cremas ya están adaptadas para evitar el picor en los ojos, uno de los grandes inconvenientes de su uso.
No descuides el posentreno
La protección de la piel no acaba cuando se finaliza de hacer deporte. La piel se deshidrata con mucha facilidad, especialmente aquellas zonas que no están protegidas. Por esta razón, su cuidado debe incluir la rehidratación. Pepe Bernabéu aconseja, en este sentido, “beber agua, darse una ducha fresca y aplicarse una crema ligera”.
De este modo, se logra eliminar los agentes que se han excretado por medio del sudor, se limpian los restos de la protección solar, se reparan tejidos y se reponen los minerales que se han perdido durante la práctica del ejercicio físico.
Diferencias entre los tipos de pieles
La sensibilidad a la radiación varía según las personas por lo que no todas necesitan el mismo grado de protección. Vicente Rocamora remarca que la gente con ojos claros y/o pieles de tipo 1 y 2 “son las que se deben de proteger especialmente”. En este apartado se incluyen aquellas pieles extremadamente sensibles a la radiación solar, que no resisten prácticamente el bronceado y se queman con mucha facilidad.
Por supuesto, también hay que tener especial atención con los niños y los ancianos en las horas centrales del día ya que son muchos más sensibles a la deshidratación y al calor.
Atención al deporte en verano en la montaña
Normalmente asociamos el deporte en verano a la playa, pero muchas personas optan por realizar actividad física en la montaña. A pesar de lo que se pueda pensar, es necesario protegerse aún más en estas zonas. Así lo destacan los dermatólogos: “La radiación es mayor por lo que hay que cuidarse más, llevar siempre gorra e hidratarse mucho porque uno pierde líquido más rápidamente”, especifica el profesional de la AEDV. Es decir, los consejos descritos hay que seguirlos concienzudamente.
Otros riesgos menos conocidos para la piel
Como ya hemos comentado, la piel es el principal agente protector contra los factores externos. Por lo tanto, está muy expuesta a todo aquello que nos rodea. Un ejemplo son los insectos y sus picaduras. Pepe Bernabéu habla del aumento en esta época de las picaduras de insectos en la montaña (mosquitos y garrapatas): “Cómo pica y te rascas, se crean heridas que son puerta de entrada para infecciones en la piel”. Para su protección recomienda utilizar repelentes. En la playa tampoco estamos libres de las picaduras de otros animales como las medusas o el pez araña. Bernabéu recuerda que el tratamiento varía según el animal del que se trate.
Por su parte, Vicente Rocamora apunta que muchas personas deben tener cuidado cuando practiquen deporte si están tomando fármacos fotosensibles ya que la piel puede reaccionar de manera anómala a la exposición solar, por ejemplo, con la aparición de ampollas. Otra recomendación es que no se haga ejercicio con perfume porque también puede haber reacciones como la comentada previamente.
Cuándo debes acudir al dermatólogo
La prevención es clave en el cuidado de la piel y para combatir determinadas enfermedades, seas o no deportista. Por ello, es importante acudir a un profesional lo más rápido posible para evaluar una posible lesión que nos hayamos realizado en la piel o que consideramos que sea extraña.
El profesional de Clínicas Beiman, Pepe Bernabéu, da unas pautas para saber cuándo es necesario visitar un dermatólogo: “Lo que más nos debe preocupar es una lesión que cambie rápido (crezca) en las últimas semanas o meses, o cuando tengamos una herida que no cure”. De igual modo, los lunares también deben ser vigilados: “Hay que prestar atención a los lunares que cambian rápido, que son diferentes a los que tienes. Puede haber aparecido nuevo o ya lo tenías pero se ha transformado velozmente”, detalla.
Las radiaciones solares son muy peligrosas e incluso pueden alterar el ADN de por vida. Proteger nuestra piel cuando practicamos deporte no es una alternativa sino debe ser algo obligatorio. Siguiendo los consejos descritos con anterioridad nos evitaremos contratiempos indeseados en nuestra piel. Vicente Rocamora concluye indicando que “el deporte es sano pero si se realiza sin proteger la piel ocasiona problemas. Haces salud por una parte pero estás empeorando la piel por otra y esta actitud tendrá consecuencias”. Un aviso que debe ser tenido en cuenta porque la piel tiene ‘memoria’ así que cualquier daño en ella repercutirá en nuestra salud tarde o temprano.
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