El 26 de febrero de 2017, el portero del Villarreal Sergio Asenjo se rompió la rodilla jugando contra el Real Madrid. Ese mismo día, antes de que se produjera la lesión, El País había publicado una previa titulada La fortaleza de Asenjo, en la que destacaba al portero como “protagonista indiscutible” de la temporada del Villarreal, hasta entonces el equipo menos goleado de la Liga. Por desgracia, en el minuto 24 de aquel partido, la rodilla de Asenjo se rompió de nuevo: un remate de Benzema, Asenjo rectifica su movimiento para despejar, y crack. Tres veces se había roto el ligamento cruzado de la rodilla derecha, y contra el Real Madrid crujió el izquierdo.
El 29 de noviembre, nueve meses después, Asenjo volvió a la portería ante la Ponferradina. Hoy es titular, ha recuperado una vez más su nivel y no se descarta que esté en la lista de Julen Lopetegui para el Mundial de Rusia. Hay pocos casos de un deportista de alto nivel que haya sufrido lesiones tan graves de forma recurrente y haya vuelto al mejor nivel. ¿Cómo lo ha hecho? ¿Qué factores influyen en esa vuelta casi milagrosa?
Hundido, o duro como una roca
La experiencia repetida en estas situaciones desgraciadas puede hundir al deportista o hacerlo duro como una roca. Asenjo se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha por primera vez cuando jugaba en el Atlético de Madrid, en mayo de 2010. En febrero de 2011, jugando como cedido en el Málaga, la rodilla volvió a crujir. En abril de 2015, ya en el Villarreal, sufrió una nueva lesión. La última se la produjo ante el Real Madrid (2017).
Para recuperarse bien después de varias lesiones graves, todos los expertos coinciden en la necesidad de una extraordinaria predisposición psicólogica.
Quienes conocen bien a Asenjo destacan su extraordinaria fuerza mental. “Cuando se lesionó ante el Madrid lo vimos todos muy mal, psicológicamente muy afectado. Pero la verdad es que nos sorprendió verlo al día siguiente que ya estaba con la cabeza arriba y que tenía ganas de empezar a trabajar para recuperarse”, recordaba Jordi Vives, readaptador del Villarreal, en un reportaje para El País. Jesús Unanua, preparador de porteros del equipo castellonense, informaba de que Asenjo no había necesitado ayuda psicológica, lo que no es habitual y da idea de su fortaleza mental.
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Para volver como lo ha hecho Asenjo, “tienes que estar hecho de una pasta muy especial”, admite Salvador Castillo, médico del deporte. Él ha visto muchas lesiones graves, y muchos casos en los que el deportista ha tirado la toalla. “Hay que tener una gran fuerza de voluntad y una fuerza a nivel mental que no tiene casi nadie”, comenta.
“Hay que tener una gran fuerza de voluntad y una fuerza a nivel mental que no tiene casi nadie”, subraya Salvador Castillo
Asenjo se mantuvo siempre ocupado. “Una lesión de por sí para cualquier deportista es una fuente importante de estrés. Para los psicólogos deportivos es un trabajo mantener la motivación”, explica Palma Gallego, psicóloga de Clínicas Beiman. “Lo primero que debe hacerse es mantenerlo ocupado, dentro de sus limitaciones físicas”, añade, antes de explicar que en lesiones de este tipo, el estrés generado puede estar relacionado con la recaída o con nuevas lesiones.
No ha sido así en el caso de Asenjo, que se mantuvo firme en su objetivo y en su trabajo diario, con jornadas de ocho horas de gimnasio y fisioterapia durante nueve meses, de lunes a sábado. “Han sido miles de horas de trabajo, de altibajos, de sufrimiento, de sonrisas, de progreso y de mucho optimismo, esa es mi forma de afrontar las cosas”, escribió en una red social, poco antes de reaparecer. Para ayudarse a pasar el trance, Asenjo escribió un diario en las redes sociales donde contaba sus progresos y recibía ánimos. Algo tan sencillo puede ayudar a mantener la motivación, el equilibrio y la autoestima.
Rotura de ligamento cruzado anterior, la lesión más temida
En el caso de Asenjo, además, es clave el tipo de lesión. Rotura de ligamento cruzado anterior, la más temida por un futbolista. Está demostrado que quienes se rompen el cruzado tienen una mayor probabilidad de romperse el otro, según nos explica Castillo. Esto tiene una causa biomecánica: “Dos personas hacen la misma acción y las dos no tienen por qué romperse el cruzado. Hay una predisposición biomecánica. Tu forma de apoyar, la predisposición de músculos y huesos influye en que te puedas lesionar”. De hecho, así pasó con Asenjo: después de tres lesiones en la rodilla derecha, la última fue en la izquierda.
Sergio Tejero, traumatólogo, apunta que en el aspecto puramente físico de este tipo de lesiones hay dos claves: el éxito quirúrgico y la recuperación.
La reconstrucción se realiza con un injerto, nunca con el ligamento “nativo” y, por eso, nunca va a ser perfecta. Además, con cada rotura se tiene que “agujerear” el hueso. Asenjo contó con un equipo de especialistas de primer nivel que realizó una intervención quirúrgica de éxito. José Ramón Gómez, médico del deporte, contrapone el caso de Víctor Valdés, otro portero lesionado de gravedad poco antes de abandonar el FC Barcelona, y del que después de ser operado del ligamento cruzado se supo que también tenía el menisco afectado. O el de Ronaldo, roto con el Inter de Milán en el partido de su reaparición, en el año 2000.
El proceso de recuperación
Para la recuperación de este tipo de lesiones, es muy importante el trabajo de potenciación de cuádriceps e isquiotibial, y la recuperación de los mecanismos de propiocepción, el sistema neurológico que nos permite reequilibrar el cuerpo y que hay que reajustar después del daño y el injerto.
En este sentido, tener una buena musculatura en de isquiotibiales, gemelos y soleos protege la articulación de la rodilla, ayuda a prevenir lesiones y facilita la recuperación funcional.
Lo que Asenjo pone de relieve es la capacidad de un organismo profesional, ayudado por un gran equipo quirúrgico y de recuperación y por su motivación personal para volver a jugar al más alto nivel. Y eso no es fácil”, explica Tejero.
“Yo he tenido compañeros que a la tercera lesión muscular no han vuelto, con un potencial tremendo. Lo que Asenjo pone de relieve es la capacidad de un organismo profesional, ayudado por un gran equipo quirúrgico y de recuperación y por su motivación personal para volver a jugar al más alto nivel. Y eso no es fácil”, explica Tejero para finalizar.
A partir de ahora, un caso como el de Asenjo debe pasar por el trabajo para mejorar mecánicas, técnicas de golpeo y la calidad de sus tejidos muscular y tendinoso. Sin embargo, como advierte Castillo, “eso no garantiza que no pueda volver a pasar”. Lo que sí está garantizado es que el portero cuenta con un activo que le ayudará a superar cualquier obstáculo: una fortaleza mental a prueba de lesiones.
Foto de portada: PUMA
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