La moda “salir a correr”, e incluso de enfrentarse a medias maratones y maratones, se ha convertido en un tema candente para la podología puesto que son muchos los deportistas que pasan por consulta con el fin de despejar la ecuación pronador o supinador, o saber cómo es su pisada a través de un estudio de la pisada, y, a partir de ahí, ser aconsejado sobre las características técnicas y morfológicas concretas de la zapatilla que más le conviene o en busca de un tratamiento que trate su dolencia o que ayude a poder mejorar su rendimiento. Efectivamente, son muchos los medios a nuestra disposición como para poder optimizar el rendimiento de cada corredor.
Un pie es un puzzle de huesos, y todos y cada uno de ellos participan en el movimiento con interdependencia. No hablamos de un bloque de madera que si se cae hacia dentro hacen al corredor pronador y si lo hace para fuera, supinador. A cada paso realizamos supinaciones y pronaciones. En un grado normal, es lo que se consideraría un “pie neutro”. Si estas son exageradas es lo que consideraremos patológico, por lo que requerirá una valoración y una compensación, siempre sin olvidar que el resto del cuerpo tiene influencia en todo en ese movimiento y por supuesto es imprescindible su valoración.
Cómo saber si soy pronador o supinador
Pronación, a grandes rasgos, es un movimiento fisiológico y necesario que hace nuestro pie, acompañado de tobillo, rodilla y cadera, en el que este cae hacia dentro a modo de amortiguador. Sería como el “hundimiento” del puente para disipar cargas y de ese modo amortiguar el impacto sobre el suelo. Se produce a nivel de mediopie, aunque la influencia de ese vuelco puede estar condicionada tanto por la angulación del antepie como del retropie respecto al suelo, de ahí que para determinar si un pie es pronador o supinador es necesario evaluar correctamente esas estructuras, y no solo en estática sino también dinámica.
Unos pies pronadores generalmente son pies apropulsivos, en los que la carrera suele ser más lenta puesto que el vuelco del pie provoca una rotación de tobillo, de rodilla y de cadera, hasta que nuestro cuerpo se prepara para el despegue, lo que implica mayor gasto energético y más esfuerzo muscular y, por tanto, un mayor riesgo de lesión. Un pie pronador en el kilómetro 10 de carrera lo es más que en el 4 debido a lo comentado anteriormente. Por tanto, a la hora de valorar datos y actuaciones, y considerar a un corredor pronador o supinador, todo ello ha de tenerse en cuenta.
Una valoración exhaustiva es crucial
Dicho esto, todos los pies deberían tener un componente pronador natural. En los casos que ese vuelco fuera exagerado o patológico, deberá actuarse tanto a nivel de zapatilla como a nivel de plantillas.
Nociones muy básicas y en términos muy generales de cualquier valoración ante estas patologías. Habría que valorar las causas de por qué ese pie es pronador. Entre ellas: caderas en abducción, rodillas en X, antepie supinado, primer metatarsiano anómalo… Es imprescindible un estudio exhaustivo puesto que sin controlar lo anterior los efectos de la zapatilla serían más perjudiciales que ventajosos. Hay casos en los que un pie es pronador y lo es por adaptación, hasta el punto que cualquier freno o impedimento a ese movimiento podría ocasionar molestias en otras partes de nuestro cuerpo.
Pronador o supinador: La importancia del calzado deportivo
Es muy importante el tema del calzado deportivo: grosores, densidades, alturas, acordonados, etcétera, pero no lo es menos es conocer si un corredor lo hace de una manera armónica, con buena coordinación; si sus rodillas trabajan correctamente, sus caderas balancean adecuadamente, si la cadencia de carrera es la correcta, y muchos más parámetros que, tenidos con consideración, determinaran “la pisada”. Por definir pisada de una forma, es la marca que deja el pie sobre el suelo en función de cómo trabaje nuestro cuerpo. Podría haber una huella correcta y existir alguna anomalía en nuestro cuerpo o un calzado deportivo inadecuado que desencadenara algún mecanismo lesional.
Es imprescindible un estudio exhaustivo puesto que sin controlar lo anterior los efectos de la zapatilla serían más perjudiciales que ventajosos
Un adecuado asesoramiento de lo anteriormente expuesto y una valoración de los patrones posturales pueden ser determinantes para que se pueda realizar una actividad deportiva lo más correcta posible, por más tiempo y evitando lesiones.
No podemos olvidar que para realizar cualquier actividad deportiva es necesario un periodo de adaptación de nuestra musculatura, huesos y articulaciones. En este sentido, se revela como básico un plan de entrenamiento, conocer una técnica de carrera, evitar las prisas e ir de menos a más. Hay un gran número de profesionales a disposición del deportista popular: entrenadores especializados, fisioterapeutas y podólogos permiten cumplir estos objetivos de una manera personalizada, alcanzando el mayor rendimiento deportivo posible.
Las plantillas
En caso de anomalías o asimetrías es donde unas plantillas pueden ayudar tanto a la cura de diversas lesiones (no solo del pie), como a la mejora del rendimiento deportivo.
La evolución en los materiales de confección de plantillas y el diseño de éstas ha sido muy paralela a la del calzado deportivo, pudiéndose combinar, dentro de una misma plantilla, diferentes materiales en características y así actuar desde el pie hacia el resto del cuerpo, pudiendo hacerlo de una manera totalmente diferente en un pie que en otro, según cada paciente y sus características.
Las plantillas permiten actuar desde el pie hacia el resto del cuerpo de una manera totalmente diferente en cada pie, según cada paciente y sus características
Un corredor con una zapatilla adecuada a “su pisada”, ajustada a su peso, con el kilometraje adecuado, y siempre que su entrenamiento y técnica de carrera sean correctos, podrá realizar la actividad satisfactoriamente, previniendo lesiones y alargando su carrera deportiva, sea pronador o supinador con cualquier tipo de intensidad.
“Relajarse para correr y no correr para relajarse” es una premisa para los que después de su vida laboral pretendan hacer una actividad deportiva de cierto nivel.
Añadir comentario