Beberse un par de cervezas después de entrenar o competir es una costumbre arraigada entre muchos deportistas, hasta tal punto que proliferan por todo el mundo los grupos de corredores populares que han convertido esta práctica en una seña de identidad. Estos deportistas abanderan, sin saberlo, un falso mito promovido por la industria: “El consumo moderado de cerveza tras la práctica deportiva es saludable”. Sin negar que esta bebida pueda ser deliciosa e insustituible para muchos, a la cerveza, como bebida alcohólica que es, no se le pueden atribuir efectos positivos sobre la salud ni sobre el rendimiento deportivo. Cerveza y deporte no representan una buena combinación.
Cerveza y deporte: Los efectos negativos de las bebidas alcohólicas
Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Departamento de Salud de la Comisión Europea, así como la absoluta mayoría de la investigación científica a este respecto, son tajantes sobre los efectos negativos de las bebidas alcohólicas. Los enumeran así:
- Es neurotóxico, es decir, su consumo inhibe o altera gravemente las funciones del sistema nervioso
- Puede disminuir la respuesta inmunitaria del organismo
- Provoca dependencia
- Es perjudicial para el sistema vascular
- Aumenta el riesgo a largo plazo de sufrir cardiopatías, enfermedades hepáticas y cáncer, incluso en consumo moderado de alcohol
- Aumenta el riesgo de muerte prematura
- Es diurético, aumenta caudal y cantidad de orina
Muchos autores españoles han trabajado de forma exhaustiva y con un profundo espíritu didáctico en explicar los perjuicios del alcohol para la salud, incluso en casos de consumo moderado o de bajo riesgo, y para desterrar del imaginario colectivo la idea de que el consumo de bebidas alcohólicas tiene efectos positivos para la salud. Dos ejemplos son los nutricionistas y divulgadores Juan Revenga (El consumo de alcohol es injustificable desde el punto de vista médico, El efecto del alcohol sobre la salud. La opinión de la OMS), y Julio Basulto, que resume su postura con precisión en esta charla:
“Pero hay un estudio científico que avala que la cerveza después de correr es buena…”
Cuando se plantea el debate sobre cerveza y deporte, sobre si es recomendable tomarse una o dos cervezas tras terminar un entrenamiento o una carrera, existe una respuesta habitual: “Está comprobado científicamente que es bueno para la recuperación”. “Tiene efectos positivos, y además, hidrata”. Analicemos el estudio que da origen a esta sentencia y por qué su credibilidad está en entredicho.
En 2008, el doctor Manuel Castillo, catedrático de Fisiología de la facultad de Medicina de la Universidad de Granada, publicó el estudio Idoneidad de la cerveza en la recuperación del metabolismo de los deportistas, que concluye que “la cerveza, ingerida en dosis moderadas por personas adultas sanas, es una bebida interesante y complementaria al agua para rehidratarse tras la práctica deportiva”.
En aquel estudio los participantes corrieron durante una hora, al 60% de su capacidad y a 35 grados de temperatura, y a continuación bebieron agua, en la cantidad deseada, para refrescarse. En una segunda sesión, a los deportistas se permitió beber dos latas de cerveza. Según Castillo, no se encontraron parámetros que desaconsejaran tomar la bebida alcohólica. Más bien al contrario, “la cerveza permitía recuperar las pérdidas hídricas por lo menos en la misma medida que el agua”.
Este estudio sigue siendo utilizado para generar numerosos titulares de prensa sobre las bondades de cerveza y deporte, y argumentos en barras de bar de todo el país, pero hay dos factores que ponen en entredicho su crédito y que merecen una reflexión:
- En el segundo experimento, los sujetos de estudio no bebían solo dos latas de cerveza, sino también todo el agua que quisieran. Si lo que se afirma es que la cerveza es un buen hidratante, ¿por qué los sujetos del experimento no se hidrataron solo con cerveza?
- Tal y como refleja el propio documento, este estudio científico está financiado por el Centro de Información Cerveza y Salud, la plataforma con la que las principales empresas cerveceras de España financian estudios científicos para ensalzar las bondades de la cerveza.
Cerveza y deporte: los intereses de la industria
Según Castillo la cerveza aporta potasio, vitaminas del grupo B e hidratos de carbono al consumidor, aunque en su estudio se ignoran los efectos negativos del alcohol, perjucios que se observan tanto en las bebidas de alta graduación como en aquellas de graduación más baja.
Otras investigaciones científicas, con una metodología en la que la hidratación sí se realizaba con cerveza, sí descartan las bonanzas de combinar cerveza y deporte. Un ejemplo es la impulsada por la Universidad de Costa Rica bajo el título Rehidratación con cerveza pos ejercicio.
El Centro de Información Cerveza y Salud es patrocinador de iniciativas como Beer runners. A través de estas herramientas, a asociación Cerveceros de España dice fomentar la vida activa a través de estas iniciativas que buscan “promover un estilo de vida activo, animando a la población a salir a correr en grupo y a disfrutar, después, de unas cervezas con algo de comer y en compañía”.
Los beneficios para la salud son anecdóticos con respecto a los perjuicios
Frente a ellos, está el mensaje de la instituciones sanitarias, que subrayan que el consumo de alcohol es injustificable desde el punto de vista médico, y que los efectos positivos para la salud que hayan podido identificarse asociados a este tipo de bebidas, como el efecto protector en enfermedades isquémicas, son anecdóticos frente a los demostrados perjuicios para la salud.
La cerveza, que ya era consumida por los egipcios, puede ser deliciosa y refrescante para muchos y, desde luego, parte indiscutible de nuestra cultura. Sin embargo, por más que interese a la industria cervecera, no es buena para la práctica de deporte, no ayuda a la recuperación después de una carrera y, como tampoco ocurre con las bebidas energéticas, no puede sustituir al agua o las bebidas elaboradas para ese fin.
A ver, me la seguiré tomando, no nos vamos a engañar, pero está bien tener toda la información. Interesante artículo, enhorabuena.
Qué cansinos los que quieren atribuirle propiedades saludables al alcohol y necesitan la excusa del deporte para tomarse una birra. Si te la tomas, que sea porque te da la gana, está buena y sienta cojonudamente antes, después o durante el ejercicio (yo lo hago por estas razones). ¡Pero basta ya de venderla como si fuera un isotónico, industria hipócrita!
De eso se trata Pepe. Gracias por tu aportación.